Ya sea como coleccionista, anticuario o particular, hay muchas razones por las que el proceso de restauración de obras de cerámica se vuelve indispensable y crucial.
La restauración se lleva a cabo con un profundo respeto por la obra original. Lo primero que se plantea es la reconstrucción de la pieza, que es fundamental para su conservación y se hace sin modificar ninguna de sus partes, ni en forma ni en color. Aunque puede haber alguna variación en los tonos debido a la naturaleza del material, se busca mantener la fidelidad al original en la medida de lo posible.
Con la restauración, se brinda una segunda oportunidad a esas piezas de cerámica amadas, devolviéndoles su brillo inicial y renovando su esplendor.
Los encargos de restauración son personalizados según las necesidades de cada pieza, debemos estudiarla previamente, viendo la pieza personalmente o a través de fotografías incidiendo en las partes más deterioradas, y una vez aprobado el presupuesto y realizado el pago, se inicia el proceso. Los plazos de entrega varían según la restauración requerida y la demanda de trabajo.